"...Tu boca se me marcha de mi boca y regresa con varios besos muertos..."
No te asomes a la ventana,
que no hay nada en esta casa.
Asómate a mi alma.
No te asomes al cementerio, que no hay nada entre estos huesos.
Todo está lleno de ti, y todo de mí está lleno: llenas están las ciudades, igual que los cementerios de ti, por todas las casas, de mí, por todos los cuerpos.
Por las calles voy dejando algo que voy recogiendo: pedazos de vida mía venidos desde muy lejos.
Voy alado a la agonía, arrastrándome me veo en el umbral, en el fondo latente del nacimiento. Todo está lleno de mí: de algo que es tuyo y recuerdo perdido, pero encontrado alguna vez, algún tiempo.
Tiempo que se queda atrás decididamente negro, indeleblemente rojo, dorado sobre tu cuerpo.
Todo está lleno de ti, traspasado de tu pelo: de algo que no he conseguido y que busco entre tus huesos.
2 comentarios:
Gracias por el recuerdo de Miguel Hernández.
Siempre un placer compartir la poesia del maestro Miguel Herández. Saludos
Publicar un comentario