LA BOCA
Entre labio y labio cuánta dulzura guarda mi boca abierta al beso, estuche en que los dientes muerden vívidos frutos,
cuenca que se llena de jugos intensos
de ágiles vinos de agua fresca,
donde la lengua leve serpiente de delicias blandamente ondula,
y se anida el milagro de la palabra.
LOS PIES
Ya que no tengo alas,
me bastan mis pies que danzan y que no acaban de recorrer el mundo. Por praderas en flor corrió mi pie ligero,
dejó su huella en la húmeda arena,
buscó perdidos senderos,
holló las duras aceras de las ciudades
y sube por escaleras que no sabe a donde llegan.
1 comentario:
Ya que no tengo alas, me bastan mi pies que danzan...
Chidos pensamientos para los que vagamos continuamente sin saber como dice el poema, a donde nos conducirá el final de la escalera, aunque siempre con la idea de encontrar una sonrisa sincera.
Y
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