26 de julio de 2010

Magdalena Carmen Frieda Kahlo Calderón (Coyoacán, 6 de julio de 1907 – Coyoacán, 13 de julio de 1954)


Si en tu vientre acampó la prodigiosa
rosa de los colores, si tus senos
alimentan la tierra con morenos
víveres de espesura luminosa;

si de tu anchura maternal la rosa
nocturna de los actos nochebuenos

sacó tu propia imagen con serenos
desastres en tu cara populosa;

si tus hijos nacieron con edades
que nadie puede abastecer de horas
porque h
ablan soledad de eternidades,

siempre estarás sobre la tierra viva,
siempre serás motín lleno de auroras,
la heroica flor de auroras sucesivas.
(Carlos Pellicer
)


Cero a la izquierda, nada.
Yo te digo: toma esta nada,
póntela en un dedo.
Nada en un dedo llevarás sin miedo.
La nada poderosa del mendigo.
Te veo por la nada de un postigo y eres la cifra que alcanzar no puedo.
Ante tu fuerza saludable quedo
igual a un árbol hueco y enemigo.
Cero sin fin a la derecha es tuyo.
Sí pienso en ti -robándote-,
destruyo toda la cobardía que me llena.
Nada soy. Todo tú.
Con nuestra vida llena de soledad,
yo soy la arena y tú la raya horizontal sufrida.



Ella es su creación. Un Dalí latinoamericano.
Reina, hechicera o india tehuana.
Inexacto límite entre lo onírico y lo real.
Paisaje de terciopelos, orquídeas y esclavas.
Mujer azul con bigotes rosáceos.
Metáfora, símbolo o señal de lo ardiente, sexo, fuego y muerte.

Ella fue para Diego lo que Dalí fue para Gala:
Excitación, sudor, sostén y locura.
Policromada cariátide de un templo griego,
Mural, tapiz de plumas, vuelo o escultura,
Joven virgen del thiasos lesbiano o perla gris del Egeo,
cuna, cama y sepultura.

Una trenza entre Narciso y los espejos.
Desgarramiento lila. Oro azul de Coyoacán.
Volcánico alarido de la imagen femenina.
Ella es Frida y Frida su creación.
Tajo, solo tajo. Pieza única de orfebrería.
Pesada oscura joya precolombina. ( André Breton
)


Destilaste de tu carne cansada, mutilada
el infinito néctar con el que se hace la vida
y tomaste uno a uno
los clavos que encontraste en el camino

y los clavaste a tu cuerpo, para colgar recuerdos
para que cuando la muerte llegará pudiera
colgar su piel en uno de ellos
para saber por que se había tardado tanto
para saber por que la vida
tan corta, tan efímera, tan fugaz

es tan dolorosa, tan triste, tan dolorosa
Tejiste con tu pincel las grietas que te poblaban
Y en cada una de ellas anidaste un silencio
Un secreto que se hizo carne
Carne que cantó su amargura de no volar de no ser ave
Y atrapaste allí tu alma, en este inútil cuerpo
Y las manos se te volaban sobre el lienzo
Para asesinar tu pena de otras manos ausentes
flechas lanzadas por un oscuro cazador nocturno
A una mujer que es venado y
que es mujer por que sabe de su llanto
por que ha llovido sobre tu rostro cansado
por que te has limpiado las lagrimas con esas manos
que no son aves pero que vuelan sobre el lienzo
lienzo que no es alma pero que es su piel
piel que guarda las cicatrices de las caídas
los moretones de los golpes
las heridas abiertas como homenajes
al más sangriento de los sacrificios
al más noble de los sentimientos
al amor que no es ave pero que vuela
que no es agua pero purifica
que no es dios pero redime y eterniza.




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