22 de junio de 2009

José Emilio Pacheco (Ciudad de México, 30 de junio de 1939)


Mi único tema es lo que ya no está
Y mi obsesión se llama lo perdido

Mi punzante estribillo es nunca más

Y sin embargo amo este cambio perpetuo

este variar segundo tras segundo

porque sin él lo que llamamos vida sería de piedra.



No me deja pasar el guardia. He traspasado el límite de edad. Provengo de un país que ya no existe. Mis papeles no están en orden. Me falta un sello. Necesito otra firma. No hablo el idioma. No tengo cuenta en el banco. Reprobé el examen de admisión. Cancelaron mi puesto en la gran fábrica. Me desemplearon hoy y para siempre. Carezco por completo de influencias. Llevo aquí en este mundo largo tiempo. Y nuestros amos dicen que ya es hora de callarme y hundirme en la basura.

Soledad de la campana.
Le dice adiós al tañido.

Último son de su bronce,
flecha ardiente en el silencio.
Vaga en busca de los ecos
­pero nadie le contesta.

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