28 de julio de 2009

Carilda Oliver Labra (6 de julio 1922, Matanzas, Cuba)

Si te demoras,
si se te hace un nudo y no me encuentras,
vas a quedarte ciego;
si no vuelves ahora: infame, imbécil, torpe, idiota,
voy a llamarme nunca.

Adiós, locura de mis treinta años,
besado en julio bajo la luna llena
al tiempo de la herida y la azucena.
Adiós, mi venda de taparme daños.

Adiós, mi excusa, mi desorden bello,
mi alarma tierna, mi ignorante fruta:
estrella transitoria que se enluta,
esperanza de todo por mi cuello.

Adiós, muchacho de la cita corta;
adiós, pequeña ayuda de mi aorta,
tristísimo juguete violentado.

Adiós, verde placer, falso delito;
adiós, sin una queja, sin un grito.
Adiós, mi sueño nunca abandonado.


Busco una enfermedad que no me acabe
sino el dolor constante de la vida:
algo para fingir que estoy dormida
detrás de este temblor de escarcha grave.

Busco un agua cósmica que lave
la lágrima terrible que me oxida;
busco el morir distinto, y voy herida
por la pena vulgar que nadie sabe.

Y así me marcho, sonriendo a todos,
luminosa de gracia y desventura,
con el secreto horror hasta los codos;

callándome en el verso y en la prosa,
para que escriban en mi tierra dura:
esta mujer ha muerto de dichosa.

16 de julio de 2009

Beatriz Pimentel (Morelia, Michoacan. 16 julio 1984...)

EL ÚLTIMO TRAGO
En la noche todos los ojos
se cierran,
hasta que se cierran
por última vez.
Un poco antes
de desvanecerse
de todo hálito,
se mira alrededor,
se respira hondo el moho
de huellas perdidas
en la sonrisa de la soledad.
Toda vereda se vuelve próxima
luminosa, llena de claridad
sin más lejanía
que un próximo paso
cada vez más difícil de dar.
Entonces se está uno quieto
se da tiempo
todo el tiempo del mundo
para percibir las cosas
como si fuera la primera vez:
la silla que sostiene el cuerpo
llena de olor a cigarro y gente,
el humo que sale de la boca
entre palabras
y bocanadas azules,
como si nacieran sirenas.
Todos los murmullos
chocan contra las paredes
rebotan en los oídos
como la música del último compás.


Y los sabores:
la lengua tibia que danza
en el sabor amargo
de la cerveza,
el gusto metálico
de cada frase
articulada con tal precaución
de paloma herida
que todo se vuelve una certeza
ya nada más importa.
Ahí, en el vaso que se inclina
en el fondo del último trago
que parece durar para siempre
se encuentran todas las voces
las caras familiares
los corazones rotos
las bocas besadas
las risas, tantas risas.
Todo se cubre de abrazos
y mientras el trago espera su caída
dan ganas de dar un largo parpadeo
con tal arrullo de recuerdos,
como bostezo del tiempo,
en que las horas se fragmentan
en noche sin amanecer.
El trago cae, denso y fatal
llega por fin el parpadeo
y se detiene, para quedarse,
pero es sutil
y deja por un instante flotando
rostros sonrientes
brazos, muchos,
sobre los hombros;
antes de dar paso definitivo
a la quietud
de la oscuridad.
ENCOMIENDA
Buscando tus huellas,
marchita de espera
de repente sé
que no vas a llegar.
Te perdí en la lejanía
en tu infinita tristeza
más grande que cualquier corazón
más profunda que todos mis besos
Me perdí en la fantasía
en el sueño de ser
tu felicidad
y más bien me volví
otro fantasma en tu memoria

Nos pasamos la vida buscando
como ciegos
en cada rincón
bajo todas las piedras
entre todos los libros
dentro de bares y salones
con el corazón en la mano
y dos dedos de frente
a manera de escudo
o para no ver
ni sentir
la inminente caída.

Buscamos con avidez de hambriento
un refugio donde posar
la esperanza.
Donde aguardar que la certeza
sea menos hueca..
Para sentirnos seguros y
sembrar las gotas de sueños
que le restan al pesimismo
Esperando que crezcan
y curen todas las heridas.



http://www.charquitosturbios.blogspot.com/

10 de julio de 2009

Magdalena del Carmen Frida Kahlo Calderón (Coyoacán, Ciudad de México; 6 de julio de 1907 - 13 de julio de 1954)



Espero que la marcha sea feliz y espero no volver

(André Breton)
Ella es su creación. Un Dalí latinoamericano.
Reina, hechicera o india tehuana.
Inexacto límite entre lo onírico y lo real.
Paisaje de terciopelos, orquídeas y esclavas.
Mujer azul con bigotes rosáceos.
Metáfora, símbolo o señal de lo ardiente, sexo, fuego y muerte.


(CARLOS PELLICER )
Si en tu vientre acampó la prodigiosa
rosa de los colores, si tus senos
alimentan la tierra con morenos

víveres de espesura luminosa;

si de tu anchura maternal la rosa
nocturna de los actos nochebuenos
sacó tu propia imagen con serenos

desastres en tu cara populosa;

si tus hijos nacieron con edades
que nadie puede abastecer de horas
porque hablan soledad de eternidades,

siempre estarás sobre la tierra viva,
siempre serás motín lleno de auroras,
la heroica flor de auroras sucesivas.



Cero a la izquierda, nada.
Yo te digo: toma esta nada,
póntela en un dedo.
Nada en un dedo llevarás sin miedo.
La nada poderosa del mendigo.
Te veo por la nada de un postigo y eres la cifra que alcanzar no puedo.
Ante tu fuerza saludable quedo
igual a un árbol hueco y enemigo.
Cero sin fin a la derecha es tuyo.
Sí pienso en ti -robándote-,
destruyo toda la cobardía que me llena.
Nada soy. Todo tú.
Con nuestra vida llena de soledad,
yo soy la arena y tú la raya horizontal sufrida.